El caso de “Los niños cantores”

En 1942 salió a la luz una organización delictiva integrada por “niños cantores” de Lotería Nacional que se dedicaba a intercambiar las bolillas a fin de quedarse con los premios mayores sorteados.-

 

Así se relata el comienzo del plan: “Una tarde de 1942, a la terminación de un sorteo, un grupo de “niños cantores” se reunió en el Café de Los Angelitos, en la tradicional esquina de Rivadavia y Rincón. Uno de ellos, compañero de trabajo de un oficial tornero, comentó ante el resto la posibilidad de fabricar una bolilla de madera, de características similares a las existentes, la que cambiada en el momento del sorteo […] podría asegurarles a todos un beneficio más que saludable. El riesgo era muy poco; la recompensa muy alta. Tomaron la medida de las bolillas; el oficial tornero […] hizo su trabajo y en el sorteo correspondiente al 24 de julio de 1942, se perpetró la primera maniobra dolosa, beneficiándose a todos con el cuarto premio que le ‘sirvieron’ al número 25.977. El billete entero había sido adquirido con anterioridad por ellos”.-

 

Este no fue el único hecho: “Después del fraude del 24 de julio, los ‘cantores’ de la lotería se aprestaron a dar otro golpe, amparados en la desorganización que seguía reinando en el seno de la Lotería Nacional. Pero esta vez, el producido sería más provechoso, dado que el ‘golpe’ estaría dirigido al premio mayor”. Pero fueron descubiertos por una Comisión Investigadora Parlamentaria y puestos a disposición de la Justicia.-

 

“Fue famosa la anécdota de la reconstrucción de los hechos ante el juez. Realizaron los movimientos en su totalidad y en un momento dado el Juez interrogó: —Bueno… ¿Y cuándo se produce el cambio de la bolilla? —Ya lo hicimos señor… fue la respuesta. —Pero es que yo no lo he visto. Repiten la operación, ¡pero más despacio!”.-

 

Luego de la investigación judicial, cinco jóvenes fueron condenados a penas de prisión y uno fue remitido a sus padres por ser menor de edad.-

 

Los Niños Cantores de Hernán Ceres en Revista “Todo es Historia”, nro. 44, diciembre de 1970.-